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  • Edición 2019

    La industria editorial está experimentando una transición importante. Connotadas casas editoriales han decidido abandonar la impresión en papel y dar acceso abierto a sus revistas digitalmente, lo que está impulsando el desarrollo de las publicaciones digitales.

    Según un estudio de la empresa canadiense Science-Metrix, experta en análisis bibliométricos, aproximadamente el 60 % de los artículos académicos publicados en el mundo son de acceso abierto.

    Una de las misiones de Funglode es «incentivar la creatividad y promover las realizaciones artísticas y culturales de carácter nacional e internacional». Es por esto que el Anuario Dominicano de Propiedad Intelectual se ha sumado a las publicaciones de acceso abierto desde el año 2015 con su sitio web <anudopi.funglode.org>. Mediante el acceso abierto se ofrece mayor visibilidad a los autores, y se comparten los conocimientos e investigaciones en la materia. Esto también se traduce en oportunidades para el desarrollo económico y social equitativo, para el diálogo intercultural y para la estimulación de la innovación.

    Con este número celebramos la sexta edición, y hemos querido priorizar nuestra publicación digital. Cuando comenzamos, no imaginamos que íbamos a lograr lo que hoy es una realidad: una revista digital indizada en prestigiosas bases de datos.

    En el presente número 2019 colabora el Dr. Francisco Astudillo Gómez, quien nos habla de la información no divulgada o secretos empresariales que, por ser bienes intangibles con valor comercial, las empresas desean proteger. El Dr. Astudillo analiza la protección que se les da a través de las leyes y tratados internacionales que prevén protección contra el acceso ilícito a esta información.

    Magdalena Almonte comenta las ventajas que podría brindar la tecnología blockchain para la propiedad intelectual, pues una vez compartidos los datos no pueden ser modificados ni alterados sin dejar un rastro, lo que podría tener mucha utilidad incluso para demostrar la existencia de una obra y la paternidad de la misma.

    Marializ De León Despradel nos habla en su artículo «Blanding: desvistiendo las marcas» sobre la tendencia de las empresas a modificar sus marcas y renunciar a los elementos visuales para poder lograr uniformidad en cualquier dispositivo o medio de comunicación, y de las implicaciones que esto tiene desde el punto de vista del derecho marcario.

    Melissa Marrero Severino en su artículo «Apropiación cultural en la industria de la moda: ¿inspiración o plagio?» habla de las expresiones culturales y de la originalidad y la novedad como requisitos para la protección por propiedad intelectual, lo que ha facilitado a la industria de la moda apoderarse de estas expresiones culturales sin dar crédito a las comunidades.

    La Dra. Zulay Poggi escribe sobre «Derechos intelectuales de los pueblos indígenas y bioprospección. Una discusión sobre la repartición de los beneficios». Establece que el Protocolo de Nagoya plantea la repartición de los beneficios por el uso de los conocimientos tradicionales de estas comunidades, sin embargo, es necesario el diseño de mecanismos que garanticen la repartición de manera eficiente apoyados en políticas de Estado que fortalezcan las capacidades de negociación de esas comunidades.

    Por último, Edwin Espinal Hernández comenta jurisprudencia que abarca derechos de autor, gestión colectiva, competencial desleal, signos distintivos y la competencia del Tribunal Superior Administrativo para conocer de recursos de apelación incoados contra resoluciones de la directora general de la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial y sentencia sobre la no necesidad de agotamiento de fase administrativa previa a la fase jurisdiccional.

    Quisiera agradecer a nuestro consejo editorial, asesores internacionales y a nuestros árbitros de pares por su dedicación y entrega para mejorar nuestra calidad académica. A nuestros colaboradores, por brindarnos su apoyo, y sobre todo a nuestros autores, que cada año ceden sus derechos patrimoniales para que podamos ser también una publicación digital, sumándonos a las nuevas corrientes de publicación de acceso gratuito. Como dijo Antonio Machado «Solo se pierde lo que se guarda, solo se gana lo que se da». Gracias a nuestros autores por dar, sin ustedes esta publicación no sería posible y por eso les estaremos eternamente agradecidos.

    Muchas gracias.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora

  • Edición 2018

    El Anuario Dominicano de Propiedad Intelectual celebra una nueva conquista: la quinta edición. Nos llena de satisfacción saber que desde nuestros inicios hemos logrado publicar de manera constante para alcanzar metas propuestas y renovar el compromiso de calidad. Cuarenta autores nacionales y extranjeros han colaborado con nosotros. Hemos logrado convertirnos en un espacio de reflexión que incluso toca temas controvertidos y aporta a la diversidad de pensamiento.

    En el presente número, el profesor José Fariñas habla sobre los «Contratos de autopublicación de obras escritas en plataformas digitales», y plantea que las nuevas tecnologías han cambiado el sistema tradicional de publicación, evolucionando hacia un modelo más dinámico con usuarios que son productores y consumidores de contenidos, lo que trae implicaciones para el derecho de autor por tratarse de obras protegidas. Le sigue Rosa Campillo con un estudio sobre la proliferación de leyes que sancionan la violación de los derechos intelectuales, incluyendo la Ley de Lavado de Activos que impone penas más severas que las previstas en las leyes especiales. Mario Pujols y María Josefina Félix Troncoso nos hablan de las indicaciones geográficas y denominaciones de origen dominicanas. Pujols hace un llamado para adecuar nuestro marco jurídico a raíz de la actualización (aún no aprobada) del Arreglo de Lisboa, para evitar la competencia desleal sobre productos dominicanos con buena reputación en el mercado exterior. Félix Troncoso establece que el país presenta excelentes condiciones para que el Estado conceda denominaciones de origen cuya característica principal es informar al consumidor sobre la calidad de un producto, pero se deben reunir cualidades únicas atribuibles al lugar donde se produce y a la forma en que se produce. Giraldy Bello nos habla de la innovación en la República Dominicana, en concreto sobre los vehículos autónomos y cómo este es un país favorable para su desarrollo. Por último, Edwin Espinal Hernández nos presenta jurisprudencia sobre: gestión colectiva, transformación de obra musical, comunicación pública no autorizada, derecho de la propia imagen, uso no autorizado de una marca, medidas en frontera y medidas cautelares, entre otras.

    Al llegar a este momento de nuestra historia, es necesario agradecer la colaboración intensa de nuestro consejo editorial, evaluadores y asesores internacionales por su esfuerzo y dedicación, sin ellos estas cinco ediciones no serían iguales. A nuestros lectores y colaboradores, por ser pilares de nuestra existencia. Y finalmente a nuestros autores, que cada año ceden sus derechos patrimoniales para que podamos ser también una publicación digital de acceso gratuito a nivel mundial, sin ellos no sería posible y les estamos eternamente agradecidos.

    A propósito de las indicaciones geográficas, y tocando también la creatividad y el arte, quisiera dejarles estas palabras del profesor Juan Bosch pronunciadas el 17 de febrero de 1963:

    Todo creador necesita un pueblo que lo comprenda y que lo estimule. Sin ese pueblo [...] el creador se agota, como la planta en la tierra donde no hay agua, donde el aire es seco, y la tierra cargada de sal. Tenemos que hacer del pueblo dominicano, un pueblo capaz de comprender y admirar la obra de arte [...] El artista crea para la eternidad, el artista crea belleza, la belleza produce bien de alma, el bien de alma conduce a la bondad, y la bondad, dominicanos, es lo que debe perseguir el hombre sobre la tierra. Tenemos que estimular a nuestros artistas, que con gran trabajo y con miseria y con lucha están creando belleza para darle prestigio a este país.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora

  • Edición 2017

    Los derechos de propiedad intelectual continúan siendo muy desconocidos tras casi 20 años de la entrada en vigor de las leyes 65-00 de derecho de autor y 20-00 correspondiente a la propiedad industrial. Es por esto que me complace presentarles la cuarta edición del Anuario Dominicano de Propiedad Intelectual, principalmente porque en este número abordamos temas que aún son objeto de confusión en la sociedad dominicana, tales como la parodia y la gestión colectiva de los derechos de autor y de derechos conexos. Se ha planteado en los medios de comunicación que el cobro de estos derechos constituye un pago de «impuesto» por la colocación de música e imágenes. Es preciso aclarar que este pago no trata de ninguna tributación, es un derecho de los titulares de obras para quienes las sociedades de gestión colectiva efectúan cobros a nombre de sus miembros. Aún existe esa visión de que la propiedad intelectual es un elemento encarecedor de la cultura, cuando es totalmente lo contrario, impulsa la innovación y la creatividad que otorgan beneficios económicos que se traducen en fuentes de empleo, esenciales para el desarrollo económico de las naciones. La propiedad intelectual es clave para el avance de la sociedad.

    En este número también se plantea una tesis nunca antes suscitada, el Dr. Jorge Subero Isa analiza la existencia de una presunción de responsabilidad objetiva de los terceros que infringen derechos de autor donde el titular del derecho vulnerado a razón del principio iura novit curia se beneficia de la presunción por excusarlo de presentar la prueba de la falta incurrida por el autor del daño. Desde España, el profesor Fernando Bondía Román nos relata la cohabitación entre los derechos del autor y del artista intérprete o ejecutante haciendo un estudio comparado entre la legislación española y la dominicana. El magistrado Édynson Alarcón demuestra su inquietud intelectual en el deseo de descubrir qué tipo de obra es nuestro Anuario con su artículo «El Anudopi y las probables complejidades de su naturaleza». David La Hoz hace una valoración de las sociedades de gestión colectiva de derechos de autor en donde analiza el comportamiento de las mismas por parte de los propios gestores. Vingy Bello nos trae un análisis sobre la parodia como excepción o limitación al derecho de autor, una figura no reconocida por el derecho dominicano pero que, de ser introducida, esclarecería la atmósfera nebulosa que viven los artistas en cuanto a qué interpretación cómica se les permite dentro de los límites de la libertad de expresión. Natalia Ramos nos hace un análisis detallado de las marcas tridimensionales y los requisitos necesarios para lograr su registro utilizando jurisprudencias nacionales como internacionales. Por último, en la sección de jurisprudencia comentada, proveyendo análisis sobre un gran número de sentencias de tribunales y cortes, la recopilación ya obligada en las ediciones del Anudopi, tenemos a Edwin Espinal, colega y amigo, con quien siempre podemos contar.

    Queremos agradecer a nuestro Consejo Editorial y Comité Asesor porque cada año nos brindan su apoyo incondicional y nos nutren de sus acertadas observaciones. A nuestros colaboradores de edición, traducción y a todo el equipo editorial que vela para que esta publicación sea una realidad. En especial agradezco la participación de los autores cuyos trabajos hacen posible la edición actual, gracias por ser cómplices de este intercambio de opiniones que contribuye a un mejor entendimiento sobre el tratamiento de los casos de propiedad intelectual y promueve la confianza en este sistema. El Anudopi aspira a convertirse en un recurso proactivo y tangible donde podamos compartir nuestras reflexiones para constituirnos en una herramienta de entrenamiento y de creación de conciencia colectiva sobre el valor de los elementos protegidos, pretendiendo estimular cambios y diálogos. Tal como el Lego®, cuyo nombre es abreviatura de dos palabras danesas: leg godt que significa «jugar bien», así mismo nos toca a nosotros jugar bien nuestro papel.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora

  • ANUDOPI Edición 2016

    Me siento muy honrada de presentarles nuevamente el Anuario Dominicano de Propiedad Intelectual en su tercera edición. Este esfuerzo es el resultado de la persistencia y determinación de un equipo editorial comprometido. Cada proceso de elaboración es un trayecto de gran aprendizaje que nos impulsa a seguir evolucionando con el rigor y la profesionalidad con la que hemos realizado nuestras publicaciones. Con este número renovamos la fe, las esperanzas y el entusiasmo de crear un espacio útil con el fin de responder a las necesidades y desafíos que presenta la propiedad intelectual en nuestras sociedades.

    Nuestra inspiración sigue siendo cautivar a nuestros lectores, pues son los que observan los objetivos que alcanzamos, nuestro desempeño y el valor que agregamos al fortalecer nuestras raíces. Decía Winston Churchill que «para mejorar hay que cambiar, para ser perfecto hay que cambiar a menudo»; por eso estamos orgullosos de decir que ANUDOPI será́ también una publicación digital con el fin de traspasar las fronteras para seguir creciendo y madurando.

    Esta edición recoge diez artículos divididos en dos secciones: Estudios y Jurisprudencia seleccionada y comentada. Tenemos el privilegio de iniciar con Delia Lipszyc, quien nos habla del dominio público «pagante», esto es, cuando existe una legislación que establece la obligación de pagar por la explotación de obras cuyo plazo de protección ha vencido. En su artículo, la profesora Lipszyc resalta la utilidad de esta institución para el nanciamiento de las industrias culturales, las artes y la preservación del folclore. Le sigue Jaime Ángeles con un artículo que examina qué se considera obra y cuándo existe una verdadera obra protegida, para la aplicación certera de las reglas de derecho de autor. Sharin Pablo trata la marca país y la necesidad de un marco legal internacional que proteja los derechos y las prerrogativas legales de una nación que pretende salvaguardar su identidad y los elementos que la distinguen del resto del mundo. Sylvio Hodos aborda un tema vanguardista: la impresión 3D y el desafío que presenta al sistema de propiedad intelectual cuando la democratización de su uso presupone impresiones sin autorización del autor. Desde Perú, Maritza Reátegui hace un análisis comparado de las distintas normas regulatorias aplicables a las muestras médicas y gratuitas. Urko Ochoa habla del uso, a su entender, desmedido que se ha dado al registro del nombre comercial en la República Dominicana como consecuencia de que su certificado se exige para diversos trámites administrativos. José Cruz Campillo relata la controversia que existe sobre la competencia de la jurisdicción civil respecto a los recursos de apelación contra actos administrativos de la ONAPI de conformidad con lo dispuesto en la Constitución dominicana. Gleirys Cruz analiza la pertinencia de un sistema de autorregulación publicitaria en la República Dominicana con el objetivo de que las infracciones marcarias sean menores. Luis Gil hace una detallada investigación que explora los factores que predicen la duración de los exámenes de patentes y las implicaciones que tienen para el debate sobre la celeridad de la oficina de patentes en la República Dominicana, donde no es correcto asumir que dicha o cina es la principal responsable de los retrasos. Finalmente, destacamos la valiosa contribución de Edwin Espinal dentro de la sección de Jurisprudencia seleccionada y comentada, que como cada año profundiza en la interpretación de una amplia selección de jurisprudencia dominicana relevante en la materia.

    Queremos agradecer a nuestro Consejo Editorial, Comité Asesor y expertos por sus acertadas sugerencias y a todos los que de una manera u otra han hecho posible este número. En especial, a nuestros autores por su esfuerzo, por ser el eje central que genera la creatividad y por contribuir al desarrollo que impulsa la innovación y el progreso social.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora

  • Edición 2015

    Ya ha transcurrido un año desde que iniciamos con gran entusiasmo la desafiante tarea que implicaba poner en marcha este Anuario. Parecía en aquel entonces muy ambicioso pretender constituirnos en una publicación de referencia que, a la vez, generara un espacio especializado para reunir aportaciones académicas. Pero nos hemos esforzado por suscitar análisis, reflexiones sobre jurisprudencia y recoger propuestas que de alguna forma enriquezcan el debate sobre los temas de propiedad intelectual en nuestro país.

    Obtuvimos una gran acogida con nuestro primer número, logrando el apoyo de todos los sectores relacionados con la materia a nivel nacional. El ANUDOPI ha llegado a universidades y organismos internacionales, llevando nuestro acervo jurídico a otras latitudes, lo que nos ha abierto puertas para lograr la incorporación de contribuciones internacionales que facilitan el estudio de la propiedad intelectual en el ámbito del derecho comparado.

    En esta segunda edición fortalecimos nuestros aciertos y realizamos oportunas rectificaciones para cumplir con criterios que elevan la calidad de las publicaciones. Esto nos permite adherirnos a los catálogos utilizados para medir la calidad de las investigaciones científicas de los países. Con nuestra indexación, no solo logramos mayor difusión del Anuario, sino que estaríamos sumando al capital intelectual de la República Dominicana. Estos cambios implicaron la creación de un Consejo Editorial, un Comité Asesor y el desarrollo de una nómina de evaluadores externos a nuestra institución con vasta experiencia en los temas de propiedad industrial y de derechos de autor, con lo que cumplimos con el sistema de arbitraje para la selección y aprobación de los artículos.

    El número que presentamos recoge ocho artículos agrupados en tres secciones: Estudios, Jurisprudencia seleccionada y comentada, y Actualidades. Se inicia con Pedro Féliz Montes de Oca, que aboga por una justa reparación de los daños morales a la personalidad del autor, que, dado su carácter subjetivo, puede resultar compleja de cuantificar. Le siguen Marcos Peña y Brenda Recio, quienes tratan sobre la aplicación del plazo de vigencia de las patentes en la República Dominicana, pues las solicitudes anteriores a la entrada en vigor del DR-CAFTA no podrán beneficiarse de la figura de la compensación. Orietta Blanco resalta la controversia creada al determinar qué tribunal es competente para resolver los recursos de apelación contra las resoluciones emitidas por el director de la ONAPI, y apoya una reforma legislativa que aclare las dudas que persisten sobre su competencia. Leticia Caminero, por su parte, aborda el tema de los videojuegos en el contexto de la propiedad intelectual y las nuevas tecnologías. Desde Colombia, Zoraida Fonseca relata la experiencia colombiana en las solicitudes de marcas a nivel internacional después de la adhesión al Protocolo de Madrid, que permite un único registro y tiene efecto de inscripción en diversos países. Y, desde España, el profesor Pedro de Miguel Asensio nos ilustra sobre los aspectos internacionales del derecho de autor con referencia a la aplicación del Convenio de Berna y los Acuerdos ADPIC, a partir de la perspectiva europea.

    Entre las distintas contribuciones destaca en este número la sección de Jurisprudencia seleccionada y comentada, asumida por Edwin Espinal, miembro de nuestro Consejo Editorial, quien proporciona una valiosa recopilación de sentencias caracterizadas por su relevancia en los aspectos normativos y procesales. Por último, en la sección de Actualidades, que recoge notas informativas breves, María del Pilar Troncoso escribe sobre la creación de la Asociación Interamericana de Propiedad Intelectual (ASIPI) a propósito de su 50 aniversario. Aprovechamos para felicitarla, pues tomará posesión de la presidencia de esa entidad en este año, con lo que será la primera dominicana y la primera mujer que asuma esa posición.

    Queremos agradecer a nuestros autores por compartir sus reflexiones fruto de sus experiencias e investigaciones. Al equipo de la Editorial Funglode, por el arduo trabajo de revisión que conlleva la edición del Anuario. A nuestros expertos, por sus atinadas sugerencias, y a nuestro Consejo Editorial por su compromiso, dedicación y apoyo incondicional. Finalmente, damos las gracias al principal autor, Dios, quien hizo al herrero «que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra» (Isaías 54:16). Como herreros, pretendemos soplar esa chispa para seguir inspirando obras que registren nuestra cultura jurídica.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora

  • Edición 2014

    Es un honor presentar al país, y a la comunidad jurídica en particular, el Anuario Dominicano de Propiedad Intelectual (ANUDOPI), que constituye la primera publicación de estas características en la República Dominicana. La Fundación Global Democracia y Desarrollo siente una inmensa satisfacción al ver cumplido de esta manera un objetivo intensamente acariciado y, a la vez, contrae con la sociedad el compromiso de editar con periodicidad anual un contenido que analice la jurisprudencia y la legislación relativas a la propiedad intelectual, a cargo de reputados autores nacionales e internacionales procedentes de los diversos ámbitos relacionados con esta materia.

    Como centro de pensamiento, la creación de conocimiento y su difusión son consustanciales a la Fundación y representan nuestro más preciado patrimonio. Por ello hemos asumido con entusiasmo una iniciativa de esta naturaleza, que enlaza directamente con nuestra esencia, contribuyendo a la formación de una verdadera cultura de la propiedad intelectual, como instrumento para poner el talento y la creatividad del pueblo dominicano al servicio del desarrollo económico y social.

    Esta primera edición recoge seis estudios realizados por un selecto grupo de autores que poseen la necesaria autoridad para abordar estos temas. En primer lugar, Mary Fernández, partiendo del siglo XIX, hace un recuento pormenorizado de la legislación dominicana relativa a la propiedad intelectual. El magistrado Edynson Alarcón re exiona acerca del derecho de autor de los jueces sobre las sentencias que dictan y la legitimación que resulta de esa paternidad. Por su parte, Gladys Josefina Aquino detalla la ruta emprendida para elaborar la Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual, resaltando su contribución al crecimiento económico de la nación. Mario Pujols aborda un tema de gran relevancia: el estudio de un caso sometido ante la OMC referente a un conflicto de intereses entre la protección de la propiedad intelectual y las políticas sanitarias. Mónika Melo presenta los diversos tipos de derechos de propiedad intelectual involucrados en la obra cinematográfica. Por último, destacamos la valiosa contribución de Edwin Espinal, quien profundiza en la interpretación jurisdiccional de la propiedad intelectual, analizando de forma exhaustiva una amplia selección de la jurisprudencia dominicana.

    En esta entrega se incluyen, además, dos conferencias magistrales dictadas en el país. Una impartida por Francis Gurry, director general de la Oficina Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y la otra, por el Dr. Geoffrey Onyeama, director general adjunto de dicha entidad. Ambas disertaciones nos ayudan a entender el panorama internacional de la propiedad intelectual y el rol decisivo que desempeñan el talento y el capital humano para el progreso de las sociedades.

    Queremos manifestar nuestro agradecimiento a todas las personas que han colaborado con su tiempo y esfuerzo en esta primera edición del Anuario: al Dr. Leonel Fernández, presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, por la confianza depositada y su apoyo incondicional; a los autores de los textos, por la calidad y el rigor de sus aportaciones; al IGLOBAL y al equipo de la Editorial Funglode, que fueron un gran soporte; al director de la Oficina Nacional de Propiedad Industrial, el señor Juan José Báez, quien junto a sus colaboradores se implicó en este esfuerzo; así como al subdirector de dicha entidad, el señor Víctor Mateo, por su dedicación y su contribución al éxito de este proyecto.

    Suscribimos las visionarias y motivadoras palabras de Albert Einstein: «[...] solamente los pueblos que vislumbren cómo generar conocimientos y cómo protegerlos van a ser naciones exitosas», por lo que pretendemos ser partícipes de los esfuerzos destinados a promover la cultura de la propiedad intelectual en nuestro país.

    Ana Carolina Blanco Haché
    Editora